Un tratado alquímico en clave poética. El metal puede doblarse por alquimia o por la fuerza bruta, y ambas opciones tienen cabida en este tratado, donde encontramos metales y palabras que llevan a la locura junto a la violencia de una ciudad, de un país, a las que supera siempre el dolor que se produce en el hogar, violento, ruidoso, de tañido. Sin embargo, como remarcan Jacqueline Goldberg y Fedosy Santaella, cada uno en su respectivo texto de contraportada, estamos ante un lenguaje luminoso, en un laboratorio de luz donde se vence a las sombras y su devastación. Ejercicio de aniquilación es poesía y es alquimia, palabra que se vuelve metal.