“Sorprendente, cuanto menos, resulta el primer poemario de Loredana Volpe (Caracas, 1990), aunque lleva años estudiando y trabajando en el mundo teatral en Barcelona, que aparece en una cuidadísima edición; que supone todo un lujo como objeto libro.
Un plano de suelo de un convento antecede al poemario, el cual se estructura precisamente siguiendo las dependencias de aquel, y nos pone sobre la pista de la orientación de toda la obra. Sus piezas nos hablan del aislamiento de un convento de clausura desde el punto de vista subjetivo; de una persona que opta voluntariamente y convencida de entrar en él. Sobresale cómo la escritora logra en sus textos una atmósfera de inmovilidad, de cierta eternidad. La obligación de contención física del espacio (para el crecimiento espiritual) queda espléndidamente plasmado en la aspereza y sobriedad de los textos. Al respecto, cabe señalar que los poemas, mayoritariamente breves, destacan por el tono contenido y la potencia concentrada en sus pocos versos.”
Alberto García-Teresa
—Más en Arteshoy, agosto 2018